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Jorge Abot en la Galería Durban |
Rosa Martínez de Lahidalga
Revista “La Estafeta Literaria” Madrid, 1 de octubre de 1977. |
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La Galería Durban ha inaugurado la temporada expositiva con obras del pintor argentino Jorge Abot. Pintura en la que el color es exponente de un canon propio de intencionalidad expresiva, en sus amplias superficies neofigurativas, como en las de reducido formato, es difícil delimitar las líneas generales de la composición de las formas mismas. El contorno impreciso o definido e irregular de las formas y de los objetos no se delimita “desde antes” o “desde fuera” de lo efectivamente representado, sino que es el resultado de su evolución integral e interior.
La pintura de Abot, pese a ofrecernos referencias reconocibles: una paloma, el rincón de un desván, un desnudo de mujer, o un bodegón, se sirve de ellas como de signos capaces de establecer la mínima relación de la imagen pictórica con el objeto representado. Al contemplar su obra tenemos la sensación de que el pintor ha conversado consigo mismo a través de las formas que nos muestra y que en su manera de ahcer uso del color y de la materia, radica la instrumentalización lingüística con la que descubre virtualidades de la realidad que creíamos conocer y no conocíamos. Pintura que más que “inventar” descubre, parte de una estabilidad expresiva para establecer con el “otro” una comunicación, al tiempo que es de la forma o del objeto del que nos dice algo.
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