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Jorge Abot: el informalismo al día
Un artista que rechaza la forma estructural organizada y expresa con libertad sus impulsos
Aldo Galli
La Nación. Buenos Aires, 1 de noviembre de 1997.
 
Recientemente, el pintor Jorge Abot expuso en el Centro Cultural Borges; ahora, demasiado pronto quizá, vuelve a exponer; esta vez, en Palatina (Arroyo 821). Lo hace con un buen conjunto de trabajos informalistas (algunos de la muestra anterior), en los que usa diferentes materiales cromáticos.

El viejo recurso del papier collé, del que hicieron uso y abuso los cubistas, los dadaístas y los surrealistas, cobra en las pinturas de Abot un sentido estético distinto del que tuvo en los años veinte, cuando era el centro del acontecer artístico. Tanto es así, que los collages posteriores a la Primera Guerra Mundial llegaron a considerarse reconstrucciones de un mundo nuevo con fragmentos del viejo. Quizá, también sea así para Abot, pero su pintura parece obedecer a un propósito menos dramático y más visual.

En tiempos como éstos, en los que proliferan los trabajos tridimensionales, los grandes assemblages, los combine paintings y los fotomontajes que nos acercan a toda clase de percepciones, el pegado de papeles en una superficie cromática de Abot resulta poco menos que una práctica de “pintura pura” (aunque haya expuesto también un discreto assemblage).

Su obra se vincula más con el carácter expresivo y sensible de la abstracción que no requiere esclarecer su contenido simplemente porque no hay en ella alusiones, como en la abstracción lírica, en la que suele sobrevivir alguna fuente de inspiración. Los fragmentos de partituras, que frecuentemente aparecen en sus cuadros, no responden a una concepción temática, sino a un propósito visual muy refinado que se va realizando sobre la marcha, a medida que el propio autor lo descubre.

Un intento de aproximación más ajustado relacionaría la labor de Abot con el expresionismo abstracto (la action painting o pintura de acción), cuyo eje está centrado en el acto mismo de pintar sin asociación alguna con lo objetivo; pero, en su caso, la liberación de la carga emocional no parece producirse de un modo puramente impulsivo, sino con conciencia y regodeo.