OBRAS
TEXTOS
biografia
CONTACTO
 
 
ensayos
entrevistas
crÍticas
diÁlogos del taller
escritos
 
Jorge Abot
Centro Cultural Borges
Alberto Collazo
Revista Nexus. Buenos Aires, marzo de 1998.
 
El conjunto de obras que presenta Jorge Abot en el Centro Cultural Borges y en la Galería Palatina ponen en evidencia un sólido manejo del lenguaje plástico, así como la madurez alcanzada en su propuesta estética. En ambos lugares reúne alrededor de cincuenta trabajos, entre grandes óleos sobre tela y trabajos de menor tamaño realizados sobre papel, que abarcan la producción de los últimos dos años.
La última muestra de este artista porteño se exhibió en la Galería de la OEA hace tres años, y de aquellos trabajos, a los que hoy podemos observar, no hay grandes cambios en su propuesta plástica pero si se acentúa su madurez artística.

Jorge Abot parte de la realidad circundante de la que toma fragmentos que lo conmueven; los sobredimensiona, alcanzando una representación abstracta, sensible y expresiva. Sus obras requieren un particular detenimiento en la observación, ya que la impronta gestual encubre una detenida elaboración. Capas sobre capas de color, así como su raspado, genera un clima sutil al conjunto, que se contrapone con vigorosos trazos expresivos. Quizá uno de sus temas principales es el espacio, ya que la aparente planimetría de una primera observación es desmentida al detenernos en cada obra. Estos trabajos fuertemente estructurados generan una dinámica espacial inquietante. Paradójicamente, la gran economía de color no niega la riqueza cromática que puede apreciarse en la transparencia de extendidos planos.

Un buen ejemplo es Negro y Blanco, un óleo de grandes dimensiones en el que el juego espacial surge por la relación de los colores planos. Esta ambigüedad entre lo planimétrico y la espacialidad sugerida se ve reforzada por la grafía sobre fondo blanco. Otro ejemplo equivalente  lo encontramos en Aproximación al origen, un óleo de este año; en éste, las bandas de color vertical generan una gran profundidad producida por el contraste cromático.

En Sonidos para una pared, un óleo collage, el plano blanco de grandes dimensiones requiere cierto detenimiento, ya que nos permite apreciar la sutil transparencia de variados colores y grafías, y deja traslucir fragmentos de páginas de partituras musicales.
Una propuesta que se destaca por su dinamismo es Barrilete, por la estructura compositiva, en la que juegan el color y la dirección de las líneas de trazos irregulares.
De las obras que se exhiben en la Galería Palatina se destacan Aproximación al origen, Bandera para una partitura y los trabajos que integran la serie De la música callad. Otro de los trabajos de interés, por la armonía e intimidad que genera, lo compone un conjunto de cajas a las que denominó serie De la Rayuela.