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Jorge Abot: las palabras de su silencio
Enrique Horacio Gené
Presentación de catálogo. Buenos Aires, 1997.
 
Hay un silencio audible en la obra de Jorge Abot. Silencio que patentiza una meditación profunda, indagadora, cuestionadota de todas las liviandades.

Uno lo imagina, no frente al plano de sostén, sino frente a sí mismo, preguntando y preguntándose. La obra es madura, pero sin perder por ello la frescura que reclama la verdadera exaltación de la idea. Jorge Abot es pintor de mundos que se expresan en cada caso con su propio lenguaje, vertebrados sin embargo todos ellos por la jerarquía de un creador que dice de una manera impar.

Obligado trashumante -por razones ya históricas- Abot recoge de su experiencia europea, la enseñanza de la posibilidad total, la que no obedece obligatoriamente a una tradición nacional, aunque se engarce en definitiva en ella. Pintura de acción, de contemplación, de meditación, de ensimismamiento, Abot puede inducir a diferentes interpretaciones, pero nunca gesticula, en caso alguno alza la voz, no se regodea en lo fáctico, ni pretende convencernos de cosa alguna; piensa y desde su pensar nos dice su pintura.

Alguna vez lo vinculamos con el delicioso Jules Bissier, el decidor de las grandezas de la pequeñez (aquellos primores de lo vulgar que se asignaban como rasgo distintivo, jerarquizante, a Azorín). Aún hoy, frente a las obras de gran tamaño, sostenemos aquel mismo aserto. Como los grandes pintores del Renacimiento, Jorge Abot es capaz de entregarnos la intimidad del suceso, imbricada tras la magnificencia del enunciado. Recordamos la monumental Crucifixión del Beato Angélico, donde flota la misma etérea certeza de proclamación de la gracia, que logra en las leves celdas del Convento de San Marcos en Florencia. Los pequeños esbozos que anuncian en Abot la obra mayor, se macrodimensionan en las grandes concreciones, conservando -magia del hacedor- su fresca ternura y su ideación original.

Fiesta de la imaginación, gozo de los sentidos, por culpa de este Jorge Abot, que nos invita a sentir, a ver, a mirar, a admirar, a escucharlo.